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LA GUERRA CONTRA LOS HUMANOS. El corazón del dios o del fin de las mujeres.

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Desperté solo. Cerca estaba Anthonio . —No temas, ya es tuyo. Estará a salvo esperándote. Aunque sufriendo…. Es hora de pagar por tu cosa. Anthonio me esperaba para llevarme a la gran biblioteca. Como un diablo que me llevara a pasear por un infierno. —Te llevaré a un lugar que siempre han deseado conocer los subversivos: las bibliotecas veladas. Te permitiré entrar a las entrañas del dios para que puedas extirpar de él, ese tumor que lo enferma: la mujer, ese animal áptero.   —Nada quiero conocer ya. Solo haré lo que me pides por ser tu esclavo. Pero si tu dios es perfectible no es un dios —agregué con tristeza. —Lo es en la eternidad que aún no llega —me dijo Anthonio , ahora con la intimidad de un socio o un aliado—, el viaje del cosmos es del orden absoluto al desorden absoluto y el de la vida del desorden absoluto al orden absoluto. Eso será en la eternidad que ni tú ni yo veremos —agregó con cierta desazón. Lo miré comprendiéndolo y sintiendo igual que él y junto a él, esa intra